Los adultos tienen serios problemas con la alimentación de los niños en edad escolar. En esa etapa, la voluntad de los niños los lleva a elegir cosas en general según su percepción sensitiva, es decir, según los colores, sabores, textura, etc. Normalmente los alimentos elegidos no son los más adecuados para el desarrollo de ellos.
Esta situación de elección de alimentos poco nutritivos no conduce a una malnutrición más o menos severa. Habitualmente el problema clínico que aparece es el desarrollo de estados carenciales, sobre todo en micronutrientes. Esto se debe a que las fuentes alimentarias de estos nutrientes pertenecen al grupo de alimentos peor tratados por la población infantil:
- Verduras
- Frutas frescas
- Pescados.
Las deficiencias más comunes en ellos son:
- Deficiencia en vitamina D
- Deficiencia en ácido fólico
- Deficiencia en zinc
El objetivo de los padres, educadores y demás responsables de los escolares es el bienestar de los niños. Si se lleva una adecuada alimentación durante la edad escolar, se permitirá un crecimiento saludable y mantener sus exigencias escolares.
Hábitos alimentarios
Cambio en los hábitos alimentarios a partir del primer año de vida:
- A partir del primer año cambian mucho su comportamiento alimentario del niño. Hasta ese momento, comen lo que se les da y a partir de los dos años empiezan a comer solos. Progresivamente empiezan a usar los cubiertos. Primero la cuchara, normalmente por el cambio de textura de los alimentos, sopas, purés, etc. y poco a poco los demás. También dejarán de usar el biberón y comenzarán a beber en vaso.
Cambio en el número de alimentos:
- Cuando se van incluyendo alimentos en la dieta, ocurren cambios en los sabores, se van mezclando sabores y texturas. Es conveniente ir añadiéndolos poco a poco frutas, verduras, pasta y cereales cocinados de distinta forma y con diferentes condimentos.
Cambio en el número de comidas diarias:
- Es imprescindible distribuir las comidas en 4-5 tomas:
- Tres de ellas deben ser completas y equilibradas en cantidad y calidad.
- Las otras dos comidas intermedias, de sostén, ligeras pero no por ello menos nutritivas.
- Es importante acostumbrar a los niños a comidas para días especiales, incluso la posibilidad de “hacer algún exceso” en ellas, reservando los fritos, dulces, etc. para estas situaciones, que se pueden asociar a fiestas familiares, infantiles o comidas fuera de casa
Cambios en la forma de cocinar:
- Otro aspecto que se debe cuidar es la técnica culinaria. Muchas comidas no son agradables por el olor o el sabor; a veces también influye la textura. Puede ser imprudente y contraproducente introducir en la dieta infantil alimentos de sabor intenso, como los picantes, en salazón, en escabeche, ahumados, etc., antes de los 7-8 años. En cuanto a la textura, se deben ir eliminando los purés como alimento diario y pasar al número de veces que los toman los adultos de la casa. A partir de los 3 años, se debe introducir la idea de 1-2 platos en cada comida importante o empezar por platos combinados que se componen de diferentes alimentos en distintas porciones o unidades.
- A partir de los 3-4 años hay que incorporar las comidas en guisos para facilitar la palatabilidad y desarrolla el gusto.
Factores psicosociales
Ambiente familiar:
- Los niños adquieren los buenos y los malos hábitos en relación a lo que ven en el ambiente familiar, y lo trasladan a todos los órdenes de la vida, incluida la alimentación.
- Hay que tene en cuenta que son los adultos los encargados de seleccionar la comida de los más pequeños, pero no por ello las deben convertir en aburridas y monótonas. Tampoco hay que olvidar que “la hora de comer” debe ser lo más agradable y distendida posible. Comer toda la familia junta es importante. La separación “de los pequeños” suele revertir en hábitos poco saludables.
Trabajo de las mujeres:
- Encargadas del hogar y trabajando también fuera de casa, por lo que las mujeres de hoy en día tienen cada vez menos tiempo para elaborar comidas y se ven obligadas a comer fuera de casa. Esto influirá en un menor control sobre la alimentación familiar. Por lo que es fundamental una adecuada educación nutricional de todos los miembros de la familia para facilitar una mejor alimentación.
Condiciones económicas:
- Un bajo poder adquisitivo influye enormemente en la selección de comidas de peor calidad, sin hacer el esfuerzo de pensar en posibles combinaciones que no suponen una mayor carga económica. Este aspecto es muy dependiente de la educación nutricional, el conocimiento de las equivalencias alimentarias y algunos trucos culinarios.
Televisión:
- Es habitual encontrarnos con niños que están constantemente pegado al televisor todo el día o jugando a la videoconsola en el sofá, por lo cual no hacen actividad física y eso deriva en un consumo elevado de alimentos y escaso gasto. Además, los niños se un grupo de población en los cuales la publicidad tiene gran impacto, se dejan influenciar mucho por los anuncios de diferentes alimentos que son los que eligen para su dieta, sin medida alguna de su calidad y aptitud. Los adultos a veces tienen que resolver este problema tras autenticas batallas.
La moda:
- La moda condiciona la alimentación en un momento determinado
Los periodos de enfermedad:
- Los niños que enferman a menudo, o que pasan largos periodos de tiempo en cama, o después de un simple catarro, lo reflejan de forma drástica en sus hábitos alimentarios.
- Por lo cual, hay que saber que cuando el problema exige la modificación de la alimentación, no hay duda, hay que modificar la dieta. Pero cuando no es así, hay que intentar modificar los caprichos y no los alimentos, pues a veces se puede hasta complicar el problema de partida.
Comidas fuera de casa:
- Los cambios sociales han obligado a que los niños pasen mucho tiempo del día fuera de casa, con lo que de 2 a 3 comidas se harían fuera a tenor de lo que decidan los servicios de comida o catering, o bien sirviéndose de bocadillos. Hay que tener en cuenta esto a la hora de elaborar las comidas que se realizan dentro de la casa, de forma que se compensen el déficit que se puedan producir.
Importancia de los hábitos alimentarios
<
div id=”id1″ class=”FreeTextIdevice”>
<
div class=”iDevice emphasis0″>
<
div id=”ta1_1″ class=”block”>
Al hablar de hábitos alimentarias, es necesario hacer mucho hincapié durante la infancia, es en esta etapa donde más se puede influir y lograr un estado de salud y un adecuado desarrollo óptimo, siendo también imprescindible para prevenir enfermedades de alta incidencia como cardiopatías, obesidad, hipertensión, etc.
Hay una etapa de transición entre los 1-3 años, muy diferenciada, que va desde la etapa de crecimiento acelerado del primer año de vida, y el crecimiento estable que ocurre desde los tres años hasta la pubertad.
Un niño siempre quiere probar, coger y tocar todos los alimentos que encuentre a su paso. Esta conducta cambiara a partir de los 2-3 años en que comienza a tener preferencia o rechazo a determinados alimentos.
En estos años es imprescindible cuidar la cantidad y variedad de los alimentos consumidos, también los comportamientos y actitudes de los padres.
Cuando comienza la socialización en otros medios puede ejercer mucha influencia en la dieta al tentarle a consumir bollería, golosinas, dulces, etc, que resultan más atractivos. Hay que hacer mención que los comedores escolares pueden ser utilizados en positivo como instrumento de educación nutricional.
Por lo cual, durante la edad infantil es cuando se adquieren los hábitos alimentarios que se mantendrán durante toda la vida y, que tendrán una gran influencia en la edad adulta. Si queremos modificar los hábitos alimentarios en etapas posteriores, será muy difícil.
Un hijo debe formar parte de la ‘mesa familiar’, siempre que el horario laboral de los padres lo permita, ya que con la observación y la imitación se contribuye a la formación de aquellos hábitos alimentarios más adecuados. Comer despacio y masticar correctamente favorecerá una buena digestión.
Un punto muy importante es que la televisión no debe formar parte de la mesa familiar, ya que debe haber un tiempo para cada actividad, tanto para comer, para jugar, para ver la televisión, etc. Generalmente, los padres son los que deciden cual va a ser el menú: primer plato, segundo plato y el poste y, el niño no deberá levantarse de la mesa hasta que los padres lo decidan.
En el caso de que los niños se queden en el comedor escolar, los padres deben preocuparse de que esto vaya a influir positivamente en los hábitos alimentarios de los niños, aunque los padres deben tener el papel más importante.
Un ejemplo de mal hábito dietético es el picoteo, que se puede conllevar al sobrepeso, obesidad, caries, etc.
La televisión nos va a proporcionar publicidad, ejerciendo gran influencia en la creación de hábitos dietéticos en los más jóvenes del hogar; de ahí la importancia del papel moderador de la familia.
Los padres deben recordar:
– Comer es un placer más que una obligación; por ello es importante cuidar la mesa, los utensilios, la presentación de los platos,..
– Cuando llega el momento de los caprichos (2-3 años) no hay que ceder ante ellos ya que provocaría una dieta defectuosa. Como dichas ‘fobias’ o ‘apetencias’ no son permanentes se les debe seguir ofreciendo todo tipo de alimentos, de forma progresiva, para que, poco a poco, vayan siendo aceptados, logrando así un mejor aprendizaje alimentario.
– Hay que aprovechar el inicio de las comidas para introducir los nuevos alimentos, ya que es cuando el niño tiene más apetito.
– Cuando un niño está cansado, tiene sueño, etc, puede no querer comer, por lo cual, sería aconsejable no forzarlo, esperar a que se le pase durante un tiempo podría ser la solución.
– Es aconsejable que la comida no se prolongue más de media hora, ya que de otra forma se convertirá en un suplicio para el niño. Pasado este tiempo prudencial se le cambia al siguiente plato sin ningún tipo de drama, ni comentarios. Eso sí, no se le debe dar nada de comer hasta la próxima comida.